Exclusión social

ADORATRICES ESCLAVAS DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO Y DE LA CARIDAD

La situación de exclusión

Sólo en España, 12.3 millones de personas (26.6% de la población) se en encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, según datos presentados por la EAPN España en su 8º informe 2018 sobre, El estado de la pobreza.

La exclusión social se define como la situación carencial generalizada y de aislamiento social, que sufren los individuos o grupos sociales, resultante de procesos multidimensionales en los que actúan factores de carácter económico, social, político y cultural que, a su vez, interactúan entre sí reforzándose mutuamente.

Factores como desestructuración familiar, aislamiento social, bajo nivel cultural-escolar, y todos aquellos aspectos que generen la imposibilidad de participar plenamente como ciudadano. Así, la exclusión social se relaciona con la limitación en el acceso a bienes y servicios y, por tanto, con la limitación en el ejercicio de los derechos y la participación social.

El género, en concreto ser mujer, incrementa la vulnerabilidad de las mujeres que ya cuentan con algún tipo de factor de exclusión. Las mujeres son las personas más vulnerables de cada sociedad. Las mujeres que han pasado por prisión, que han consumido drogas, que son de origen extranjero o que están en desempleo y/o empleo sumergido, sufren una mayor exclusión y penalización social.

Mujeres reclusas y ex reclusas

Las personas presas son mayoritariamente varones. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, de las 76.079 personas presas en las cárceles españolas, únicamente 6.076 son mujeres.

Las mujeres privadas de libertad, en su mayoría, se encuentran en prisión por una situación de pobreza y exclusión social. Así, el principal motivo de condena para la mayoría de las penadas es por delitos contra la salud pública, le siguen delitos contra el patrimonio y de orden socioeconómico, también como muestra de la constante feminización de la pobreza.

La estancia en prisión, además de la privación de libertad, supone una limitación importante de la autonomía, dado que conlleva la pérdida de las costumbres de auto organización y planificación del propio tiempo, dificulta la planificación a medio y largo plazo de la propia vida, empobrece la perspectiva sobre la vida real fuera de la prisión y dificulta la creación y el mantenimiento de redes sociales de apoyo.

Por otro lado, la desigualdad de género, presente también en el colectivo penado, hace que las mujeres que cruzan esta línea soporten un mayor estigma por quebrantar “su rol”. De nuevo, las desigualdades por razón de sexo interaccionan con otras circunstancias que generan procesos de exclusión.

Mujeres dependientes del consumo de sustancias tóxicas

En general, la extensión del uso de drogas en la población de entre 15 y 64 años es bastante mayor en los hombres que en las mujeres, especialmente de las drogas de comercio ilegal. Los psicofármacos, el tabaco o el alcohol son las principales drogas consumidas por mujeres en España. No obstante, es importante tenerlas en cuenta, al igual que otras drogas ilegales, para la Salud Pública.

Entre otros campos de la vida social, el de las drogas es uno de los que están sujetos a más estigmatizaciones y prejuicios por parte de la sociedad. En el caso de las mujeres se presenta una doble penalización social. Cuando transgreden el rol que se les ha asignado socioculturalmente mediante la práctica de conductas de riesgo, como el consumo de drogas, más asociado a los hombres, se producen sanciones sociales adicionales. Así no sólo el hecho de consumir supone una pérdida de calidad de vida, sino que también se convierte en un hecho de exclusión.

 

En la actualidad, las mujeres con problemas de adicción a las drogas siguen encontrando mayores barreras de acceso y mantenimiento en los recursos de drogodependencia que los hombres. Del mismo modo, recae sobre las mismas un mayor rechazo y penalización social que refuerza su aislamiento y exclusión social.

 

Sinhogarismo

Las mujeres representan alrededor de un cuarto de la población sin hogar en España, el resto son hombres. Las mujeres llegan a la calle en peores condiciones que los hombres, la mayoría han escapado de situaciones de abuso, de violencia por parte de sus parejas.

Vivir en la calle supone  una amenaza real para la vida de las personas sin hogar, en el caso de las mujeres sin hogar esa amenaza es todavía mayor. Según datos del Observatorio Hatento (Observatorio de delitos de odio contra las personas sin hogar), el 19% de las mujeres sin hogar afirma haber sufrido agresiones sexuales por estar en esta situación. El relato de la vida cotidiana de estas mujeres está repleto de violencia, agresiones y discriminaciones por el hecho de ser mujer y que se agrava sobremanera por su situación de vulnerabilidad y sinhogarismo. La violencia estructural que afecta a todas las mujeres se ceba de manera extraordinaria con las mujeres que se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad.

 

Qué opinamos

Adoratrices considera que, la exclusión social y la pobreza, es una brutal y una violenta negación de los derechos humanos de las personas, limita el alcance y disfrute de las libertades públicas y se ensaña especialmente con las mujeres que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad.

Adoratrices reconoce que las desigualdades por razón de sexo interaccionan con otras circunstancias que generan procesos de exclusión: la drogadicción, el encarcelamiento, el sinhogarismo, o la prostitución. En esta interacción se produce una retroalimentación entre la discriminación y la exclusión social que da lugar a una discriminación múltiple.

Adoratrices, desde un enfoque de derechos humanos e igualdad de género, trabaja para que las mujeres construyan una identidad personal que supere los condicionamientos culturales que se imponen en términos de roles y obligaciones. En este sentido, las respuestas que se articulan desde la Obra Social de Adoratrices son sensibles al género, promueven la igualdad de género y se basan en el empoderamiento de las mujeres.

Qué Hacemos

La Obra Social de Adoratrices lleva más de 160 años al servicio de la mujer en contextos de máxima vulnerabilidad. Durante este tiempo se ha desplegado una red asistencial especializada en la atención a mujeres cuyas condiciones de vulnerabilidad alcanzan el entorno de prostitución, sinhorgarismo, mujeres reclusas y ex reclusas, mujeres con drogadicción, y en general a todas las mujeres que debido a la interseccionalidad de diversas discriminaciones sufren una mayor exclusión y penalización social.

Nuestra labor es con las mujeres que se encuentran en dificultad o riesgo social ofreciéndoles una atención integral y cuidada, basada en el respeto, que va desde el alojamiento seguro hasta el acompañamiento jurídico administrativo para hacerles valedoras de sus derechos como personas y como mujeres con el objetivo de conseguir su plena autonomía e integración social.

Datos Adoratrices

Nº de mujeres atendidas en 2018.
308
En prostitución
mujeres atendidas en 2018
97
En adicciones
mujeres atendidas en 2018
117
Sin hogar
mujeres atendidas en 2018
85
Ex reclusas
mujeres atendidas en 2018