¡Hay millones de motivos para hacer voluntariado!

Si quieres vivir un verano diferente puedes dedicar una parte de tus vacaciones a colaborar como voluntario. Aunque se trata de una actividad que puedes hacer durante todo el año, la época estival puede ser una buena oportunidad para iniciar esta nueva experiencia, en la que, sin duda, aportarás un gran valor y tú recibirás mucho más.

 Hoy queremos compartir las vivencias de un grupo de personas voluntarias en en la Obra Social de Adoratrices en Córdoba Fuente de Vida .

En sus testimonios encontrarás no una sino un millón de razones para sumarte al voluntariado, porque cuando te conviertes en persona voluntaria te sientes útil, creas lazos con otras personas, compartiendo experiencias y caminando y creciendo juntas. Cuando haces voluntariado te sumerges en la experiencia y aplicas tus conocimientos y capacidades. Aprendes mucho de la sociedad que te rodea y se agudiza tu sensibilidad por los problemas sociales. Te capacita para comprender el mundo y enriquecer tu punto de vista.

Convertirse en  persona voluntaria quiere decir implicarse, sentirse útil, sentirse parte de algo, sentirse necesario. Estos sentimientos nos ayudan a salir un poco de nosotras mismas, suavizar el egocentrismo que reina en nuestras vidas y ser más generosas. Haciéndote voluntario o voluntaria puedes convertirte en agente de este cambio en nuestro mundo. Así sucede en Fuente de Vida.

EXPERIENCIA DE SER VOLUNTARIO EN FUENTE DE VIDA (Córdoba)

La llegada del verano es para muchos tiempo de descanso, tiempo de reencuentros: de volver al pueblo, encuentros familiares, tiempo de hacer planes de viajes vacacionales, playa, montaña, turismo rural, y un largo etc. De actividades todas ellas enfocadas al descanso, al cambio de actividad, al tan deseado y necesario espacio para el relax…pero son muchas las personas que piensan el descanso en clave de solidaridad, de regalar su tiempo libre para los demás, y se ofrecen para hacer voluntariado.

En Fuente de vida trabajamos cada día, por crear un espacio seguro, acogedor, bonito, un hogar que sea manantial donde la vida fluye siempre fresca. Y es que generalmente en las casas de acogida de adoratrices, y en concreto en Fuente de Vida (Córdoba), este tiempo de verano se vive de otra manera.

Mamás y bebes, pasan más tiempo en casa. Todas las actividades externas de guarderías, cursos, prácticas, citas, … han puesto el cartel de “cerrado por vacaciones” y toda la actividad se condensa dentro. Y es entonces cuando hay que hacer malabarismos para que todo continue vivo, dinámico y no se paralicen los procesos que llevan adelante las mujeres. Momento muy importante para además de los trabajadores abrir la casa y que muchas personas descubran que pueden compartir su tiempo y sus capacidades de otra manera, que puedan descubrir que ¡Hay millones de motivos para hacer voluntariado! Un voluntariado comprometido, constante, siempre atento a las necesidades que van surgiendo. Y es así como además del tiempo de verano muchos se “enganchan” y continúan su voluntariado en todas las estaciones del año.

Mucho más lo que se recibe que lo se da

Contamos con alrededor de 20 personas voluntarias que ofrecen su tiempo también en verano, para acompañar a las mujeres en su revisión médica durante su gestación y en los partos, sea la hora que sea.  Además, parte de estos voluntarios apoyan el proceso formativo en el aprendizaje del idioma, la informática, talleres ocupacionales, campañas de recaudación de fondos para la obra social, participación en actividades de sensibilización a la sociedad, cuidado de los hijos/as de las mujeres acogidas con la finalidad de que puedan participar en las sesiones formativas establecidas para la consecución de sus objetivos tanto personales como laborales y un etcétera tan largo e intenso como sean los procesos y el día a día de las mujeres y bebes que viven en la casa. Y es que como la mayoría de las voluntarias dicen “es mucho más lo que se recibe que lo que se da”. Una estudiante universitaria de 21 años nos relata su experiencia:

“Para mí, el voluntariado es un ratito en el que me evado del mundo exterior y no importa lo mal que esté, los agobios de los exámenes… … que siempre salgo con una sonrisa. Cuando comencé, nunca imaginé hasta qué punto está experiencia esta enriqueciendo mi vida. Ir cada semana a Fuente de Vida es una recarga de cariño que va directa al corazón. Cuando las madres ya se aprenden tu nombre y confían plenamente en ti para cuidar a sus hijos, cuando eso niños te dedican unas risas o ves como con el paso de los meses, comienzan a gatear y dar sus primeros pasos, te sientes parte de la familia de las Adoratrices. Aunque el trabajo que hacemos las voluntarias no se puede comparar a todo lo que hacen las hermanas y trabajadoras para ofrecer un futuro óptimo y seguro a las madres y sus hijos. Conocer más de fondo a esta institución, su labor y las personas que la conforman son el mayor regalo que he tenido este curso” (C. García)

Y es que cuando eres voluntario o voluntaria se desarrollan y crecen en ti valores como la generosidad, la solidaridad, el altruismo, la sostenibilidad, la justicia, la fraternidad, la empatía, los derechos humanos, la igualdad, la libertad, la honestidad, la tolerancia, la sinceridad, la utopía….

¡No todo es trabajo y esfuerzo! ¡Lánzate a la gran experiencia del voluntariado!